Tu niño herido

Tu niño o niña interior te espera
Nuestro/a niño/a interior es una parte nuestra que quedó herida.
Hoy como adultos es nuestra tarea abrazar nuestro/a niño/a interior para que sane.
Este niño, esta niña está esperando ser vista, mirada con amor, abrazada, escuchada.
Muchas veces podemos reconocer que tuvimos infancias difíciles, que quizás nuestros padres no fueron los padres presentes que hubiésemos querido, pero hoy está en nosotros y nosotras reconocer esa parte herida, esa falta de afecto, de contención, de comprensión que nuestros padres no pudieron o no supieron darnos.
Al reconocer que ellos hicieron lo que pudieron, que quizás no tuvieron herramientas suficientes, que ellos mismos eran niños con heridas internas por sus propios abandonos, sus propios traumas y aún así, tomarlos tal como fueron.
Sanar el niño herido no es culpar a nuestros padres por lo mal que hicieron las cosas, sanar nuestro niño o niña herida es brindarle ese abrazo, esa mirada amorosa, comprender que nuestros padres eran los padres que debimos tener para encarnar en este plano.
Gracias Mamá por haberme dado la vida, es lo más importante, del resto me ocupo yo.
Gracias Papá por haberme dado la vida, es lo más importante, del resto me ocupo yo.

Con amor, Renée

Compartir: